![]() ![]() |
Alguna vez![]() Acababa de salir de trabajar, una jornada dura de esas en las que te dan ganas de llegar a tu casa, tomar un baño e irte a dormir sin mas; cualquier persona normal harÃa eso, y aunque yo no soy tan "normal", lo hubiera echo de tener la opción. Pero no lo hice; llegue a la cafeterÃa a tomar café y comer pasteles hasta altas horas de la noche como acostumbraba a hacer; los camareros que ya me conocÃan, se sorprendÃan de que no engordara ni un solo gramo y se preguntaban cual era la razón; porque después de dos años y medio de haber repetido la misma rutina, deberÃa pesar al menos unos 400 kg. Pero no es asÃ; cada vez que Tomas elogia mi figura, me recuerda mi triste existencia sumida en no poder ni huir ni enfrentar mis problemas; atrapada en un cÃrculo vicioso del que puedo, pero simplemente no deseo salir. Tomas es un buen chico, pero simplemente no le tengo paciencia. Ya eran las cuatro y media de la mañana, solo faltaban tres horas para volver al trabajo, todo porque el dÃa anterior era jueves; de haber sido viernes me hubiera quedado hasta las siete que es cuando mi martirio se termina y puedo fingir ser una persona normal, viviendo una vida aburrida y normal. Pero quién soy yo para hablar de normalidad. Ahora me veÃa caminando hacia mi casa, tal vez hoy podrÃa ser diferente, y podrÃa dormir un poco. Pero al abrir mi puerta descubrà que no era asÃ; él no se cansaba, nunca lo hacia. - Llegas tarde - pude oÃr esa frÃa voz que aterrarÃa a cualquiera, menos a mi - Lo se, pero ya te lo esperabas- le conteste de la misma forma que hacia siempre, desde que cumplà dieciocho - Sabes, si nos apuramos tal vez puedas empezar con tu entrenamiento esta noche, ya no puedes aplazarlo por mucho tiempo, el dÃa se acerca y tu...- Lo interrumpà en ese momento, me sabia ese discurso de memoria y estaba cansada de escucharlo - Eres diferente a las demás personas y se te ha dado la oportunidad de escoger- dije al tiempo que me senté en el sillón de mi sala- ¡Estoy tan harta de todo esto! - Tu eres realmente terca, no se ni porqué me molesto en volver cada noche - Esa es una buena pregunta - Te preocupas demasiado por las personas; todas ellas son una plaga que evitan el desarrollo de nuestra especie, cuando llegue el dÃa no podrás controlar tu sed de sangre, y si no estas lo suficientemente entrenada, te usaran al frente como escudo y yo me reusó a que eso suceda- volteo a verme esperando una respuesta y yo solo mire hacia el suelo - PodrÃas explicarme porque te importo tanto, si solo soy una recluta mas - Por que he visto lo que puedes hacer, como acabas con la vida y no te importa si los conoces o no, no todos los reclutas son capaces de matar gente que ha visto hace unas horas - Pero yo no he echo...- En ese momento el empezó a reÃr - DeberÃas ducharte, tu trabajo empieza en media hora- y se desapareció Yo estaba en shock, cuando iba a reclamar que yo no habÃa matado a nadie, mire hacia mis manos y estaban llenas de sangre, en el piso habÃa varios cuerpos mutilados, con señales de torturas; y estaba uno cubierto con mi saco negro, el mismo que llevaba en el trabajo el dia anterior, lo levante y vi la imagen mas horrible que se puedan imaginar, tenia el rostro tan desfigurado que apenas y pude distinguir que era Tomas. Imágenes de lo que habÃa pasado hace unas horas cruzaron por mi cabeza. Tomas fue a mi casa a devolverme el saco, le roge que se fuera pero, él se reusó, en ese momento entro a la fuerza y lo vio; mi vida habÃa acabado, ahora todos sabrÃan mi secreto, al menos... al menos de que lo eliminara, no tenia opción, un simple humano no me arrebatarÃa la poca normalidad que me quedaba. Y ahà estaba el, muerto; pero que hay de los demás. Me tire al suelo y empecé a sollozar, el olor a sangre era muy fuerte, sentÃa asco y... emoción, podÃa sentir la adrenalina correr por mis venas, la necesidad de matar se hizo mas grande en mi, el ver sufrir, llorar, y como esos pobres humanos ruegan por sus vidas, los humanos me dan asco, son tan débiles, sabia que estaba mal, pero me encantaba. Y en ese momento dieron las siete en punto y salà de aquel, trance. Limpie toda la evidencia, llame a la cafeterÃa imitando la voz de Tomas; el imitar voces es lo mas fácil y camine hacia mi trabajo. Me sentÃa un poco culpable, los humanos no eran tan malos, después de todo, alguna vez yo fui uno. |
![]() ![]()
Búsqueda personalizada
![]() ![]()
Juego flash Leonore
Juego flash young-death Juego flash Xombie Juego flash Terror Juego flash Chi Chian ![]() |
![]() |