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Pisando el abismo


De corazón deciárea que jamás conocieran mi historia; que no hubiera ocurrido, no sentir la necesidad de escribirla, como si fuera producto de una mente enferma y atormentada. Esto que hago, es solamente es un desaojo, pues siento que muy pronto las llamas del infierno arroparan mi alma.

Ya muchos me han juzgado mal cuando escuchan lo que están a punto de conocer, sin comprender que detrás de todo esto, se encuentra el mismo Lucifer, y no una mente enferma como me lo quieren hacer creer.

Los locos e ignorantes son ellos, por no comprender que me encuentro conviviendo con una energía tan maligna que hasta en las mismas imágenes religiosas encuentro una señal que me recuerda la falta que cometí. Dicen que el pecado mortal es la más grande falta ante los ojos del creador, pero esto es mucho más grande que un pecado mortal, que ni se como nombrarlo.

Al conocer a José Antonio, persona con hábitos raros y extraños, mi vida comenzó a cambiar, se decía ser valeroso y temerario en todo lo que realizaba y vamos a decir que si lo era, pues en muchas ocasiones a media noche realizaba misas negras en abandonado cementerio.

Pero no le era suficiente realizarlas, necesitaba que alguien lo observara, para que se le pudiera dar crédito a todo lo que decía ya que en gran medida sus comentarios se encontraban en tela de juicio, por lo que con insistencia invitaba a los incrédulos para que observaran tan singular como macabra ceremonia. Que por cierto nadie lo acompañaba y preferían decir que se encontraba loco.

Yo y cuatro amigos de la misma edad decidimos observarlo en secreto sin que él se diera cuenta por lo que decidimos escondernos en la ruinosa iglesia antes de que José Antonio llegara al cementerio, lugar donde acostumbraba realizar sus misas negras.

Creo que descogimos la noche más fría de aquel terrible invierno para realizar nuestra maldad. Ello no importaba, nos encontrábamos más puntuales que José Antonio, que así se llamaba el Apóstol de Satanás que impartía las misas negras en el cementerio.
Al mismo tiempo que el reloj de la iglesia con su monótono sonido dio las once de la noche, José Antonio apareció en la puerta de la entrada del cementerio. Realmente su estampa se miraba macabra, la negra sotana le daba un toque de un ser de la obscuridad capas de retar todas las inclemencias que se opusieran para que realizara aquella misa negra que terminaría por cambiarnos la vida a los cinco curiosos, incluyendo al mismo apóstol de Satanás.

La mano izquierda de José Antonio sostenía con firmeza una lámpara de aceite que alumbrara su incierto camino, mientras que con la derecha realizaba cruces invertidas en todas direcciones, parecidas a las que realizan los curas cuando termina la misa y dicen “Pueden irse en paz”. Paz que en nuestras vidas jamás encontraríamos.
Mis amigos: Margarito, Manuel, Juventino y Epifanio, en coro y con voz cavernosa, al mismo tiempo le gritaron a José Antonio:
-¡Buenas noches, José Antonio!
-Buenas noches chavales – nos contestó el Aposto de Satanás al identificar nuestras voces –; qué bueno que se animaron a ser parte de esta misa negra.
Un momento - dije yo -; nosotros no somos parte de esta misa negra.

Comentario que mis amigos echaron en saco roto y sin darle importancia a mis palabras y a la amenaza de José Antonio, observaron cómose adentró en lo más oscuro del cementerio.
¿Qué sucedió cuando José Antonio se encontró en el centro del desolado lugar?Eso solamente él lo sabe, yo me limitare por el momento a decirles que se escucho un fuerte chasquido de cristales y se apagó la débil flama de la lámpara. Inmediatamente la oscuridad comenzó a reinar y el canto de los búhos y ladrar de los perros se dejo escuchar.

La discusión se dio entre los compañeros; si procedíamos a socorrer a José Antonio o lo dejábamos a su suerte,tomar una decisión no era muy censillo, la noche se tornaba en un obscuro y sinuoso laberinto de pasillos cubierto de tumbas y cruces.

Mientras discutíamos, el supuesto Apóstol de Satán salió del cementerio con la lámpara encendida, pero la flama ya no era amarillenta y titubeante, se había tornado extremadamente roja, pareciendo sangre en llamas.

-¡Que miedo!-exclamó Juventino al recordar que el José Antonio jamás traía un fosforo para avivar la flama extinguida de la lámpara.

Cuando paso cerca de nosotros, le volvimos a desear las buenas noches a José Antonio, que por cierto esta vez no nos contesto. Llevaba la cara tapada con una capucha y Epifanio afirmaba que le había mirado la cara de mula. Comentario que no le creímos en lo mas minimo.
Al día siguiente, fuimos a buscar a José Antonio a su casa, al lo encontrarlo nos dirigimos al cementerio, sin descartar que se pudiera tratar de una sorpresilla de esas que acostumbraba José Antonio.
Pero esta vez nos encontramos un sorpreson.
Al lado de una tumba partida en dos, estaba el Apóstol de Satán, desnudo, muriendo de frio.
- Que fue lo que sucedió – le preguntamos sumamente intrigados.
Con su lengua entumecida y un remarcado terror, nos dijo:
- Casi lo logro, le vi salir de la tumba. Me dijo que era el Cara de Mula, enviado de Satanás y que necesitaba mis hábitos.
- Pero para que quería tus ropas – le preguntamos muy extrañados.
- Indudablemente que para disimular su apariencia – comentó José Antonio dispuesto a narrar su tétrica historia -; yo creía que el Cara de Mula solo era una leyenda y, a la edad que tienen ustedes comencé a inclinarme por lo desconocido, buscaba una explicación lógica del Cara de Mula y a mi paso se cruzaron varios libros de brujería, santería y magia negra. De pronto uno de ellos me llamo la atención. Era un libro de magia negra que me fue casi imposible dejarlo de leer. Aún cuando en su primera página advertía que con el solo hecho de leerlo, el lector comenzaba a tratar con satanás, así como a vender su alma, continúe adelante.Hoy que me encuentro a punto de morir estoy seguro que la verdad más grande que han escuchado mis oídos es: El que juega con lumbre termina por quemarse.
- ¿Porque dices eso? – le preguntamos muy confundidos -; ¿Acaso invocaste ese engendro que mencionas?
- Acaso, no es la más fehaciente prueba de ello, encontrarme al bordo de la muerte? – externó ahogado Anoche mire a Cara de Mula, no me encontraba preparado para ello, hoy comprendo el significado mis insistentes sueños, cuando por las noches soñaba que el Dragón y la Cabra se me presentaban para decirme que cumplirías todos mis deseos por inalcanzables que parecieran, pero advertían que no pidiera más de lo que pudiera controlar.
El Dragón y la Cabra son los personajes de la portada del libro de magia negra los padres de Cara de Mula.
- ¿Pero que era lo que pretendías realizar con la invocación de Cara de Mula? – preguntó Epifanio, que también había mirado al Cara de Mula por lo que le daba más crédito a las palabras de José Antonio.
- Pretendía ponerlo a mi disposición, el libro de magia negra que he menciono detalla como lograrlo. Al fracasar solamente lo libere.
- ¿Poner a tu disposición al Cara de Mula? – preguntamos muy confundidos.
- Así es, pretendí el más arriesgado embrujo – contestó con indiferencia José Antonio -;a las doce de la noche, el día de la Santa Cruz sustraje un cráneo del cementerio, le sembré en el patio de la casa con unahaba en las cuencas de sus ojos. El cráneo lo tenía que regar todas las noches a las doce, hasta cultivar las habas. Por supuesto que esto no fue tan sencillo, ya que cuando pretendía regarla miraba todo tipo de seres infernales. En caso de lograr cultivar las habas, con solo depositar una de ellas debajo de la lengua y pronunciar: Por medio de la magia negra y el poder de Luzbel deseo…. Aquí se externa lo que se desea y al instante es realizado el deseo.

Al escuchar aquel extraño comentario, nos recorrió un escalofrío por el cuerpo. Si era realidad lo que comentaba, José Antonio estubo a un paso de cultivar las habas, cuando Cara de Mula se libero de todas las ataduras que lo aprisionaban en el infierno, y era aquel extraño ser que vimos salir del cementerio con su enigmática capucha y su lámpara de llama roja como la sangre.

José Antonio ya no pronuncio más,murió en ese mismo instante dejándonos muy intrigados, y por primera vez decidimos investigar por nuestra propia cuenta que era lo que había sucedido, y si en realidad Cara de Mula existía.

En un principio jugar con la ouija fue el instrumento para disipar dudas. Hasta que un inesperado martes decidimos ir al cementerio donde había muerto José Antonio y asíhacer la sesión más impresionante de nuestras vidas.

Éramos unos incautos muchachos que comenzábamos a retar las mismas fuerzas del mal. Porque como todos sabemos en los cementerios,descansan todo tipo de muertos que envida realizaron buenas y malas acciones.

Decididos a todo, colocamos la Ouija sobre una tumba y comenzamos a jugar. Fue en ese lugar que se presentó el espíritu de Marianita. Su nombre nos inspiro confianza y las preguntas continuaron, insistiéndole que nos dijera en donde se encontraba enterrada y como había muerto. Ella solamente contestaba que estaba muy cerca.
Después de mucho rogarle, nos contestó queestaba detrás de nosotros, justo en la tumba que cubría el musgoy si lo desprendíamos podrían constatar que el nombre que se encontraba escrito en el epitafio de su tumba, era el mismo que ella nos decía, pero no deseaba que no se recordara su nombre, ni su historia, ya que había muerto “usada”.

Efectivamente, a nuestras espaldas se encontraba una tumba con estas características dadas por la ouija. Con cierto nerviosismo comenzamos a desprender el musgo de la tumba. Para nuestra sorpresa leímos el nombre de Mariana.Tantas coincidencias ya no nos estaban gustando. Sumamente confundidos, continuamos jugando con la ouija la cual nos envolvía, llenándonos de temores e incertidumbres. Pero lo que nos termino de robar la calma fue lo siguiente:

Por extraño que parezca; aún lado de la tumba de Marianita se encontraba una mula negra, sin reflexionar que este animal pudiera ser la mascota de Cara de Mula, la procedimos a asustarla para que se fuera y nos dejara en paz, pero al marcharse nos dimos cuenta que no hacia ruido, ni dejo huella en el húmedo suelo.

Epifanio comenzó a sentir muy mal, por lo que decidimos regresar a casa, e inexplicablemente esa noche falleció. Como es natural en el velorio se comenzaron a divulgar diferentes rumores de supuestas enfermedades que le arrebataron la vida. Solamente nosotros conocíamos la verdad, la impresión que le había causado lamuladel cementerio, era la causa de la muerte de Epifanio.

Nerviosos por lo ocurrido procedimos a investigar quien había sido Marianitaen vida, enterándonos que era una muchacha que un día antes de cumplir 15 años la encontraron muerta en la orilla del rio. La habían violado y estrangulado, y junto a ella solamente encontraron huellas de pisadas de una mula, por lo que los años habían transcurrido sin que se conociera el nombre del asesino.

Después de enterarnos de este trágico suceso, comprendimos porque Mariana decía que había muerto usada.

En la noche siguiente que enterraron a Epifanio.Los cuatro amigos que quedábamos con vida, soñamos que teníamos que realizar una misa negra a cambio del perdón del alma de Epifanio. Sí no lo hacíamos, su alma sufriera el tormento eterno en las llamas del infierno, ya que José Antonio que ya se encontraba en este lugar,había librado a Cara de Mula y todos los que participamos en aquella fatal noche, correríamos la misma suerte que Epifanio.

Margarito al narrarnos su sueño, lloraba de desesperación, no quería seguir adelante y qué decir de Juventino que parecía que se estaba volviendo loco. Manuel era el más decidido. Les diré que a mí ya me daba igual, estaba seguro que no saldríamos bien librados y segaríamos los mismos pasos que Epifanio.

Sinceramente tengo que externar que era tan grande el deseo de ayudar a nuestro amigo y librarnos de Cara de Mula que realiza la misa negra, y lo que es mucho peor, la llevamos a cabo en un viejo edificio que se encontraba abandonado.

La muerte de Epifanio y la misa negra que celebramos, solamente marco el inicio de nuestras desgracias.

Hoy por hoy, puedo decir que no cuento con amigos como anteriormente lo cría y, aprendí a temerle a la obscuridad de los largos pasillos de las solitarias casas, también a sus silenciosas habitaciones. No es para menos pues al realizar la misa negra en un lugar con estas características me dejo traumado. En las escaleras del segundo piso de edificio realizamos la misa negra, me empujaron con tanta violencia que estrepitosamente fui a caer hasta el último escalón de la peligrosa escalera, aún con el dolor insoportable en la columna vertebral logre ponerme de pie y tratar de huir del agresor.

Manuel que anteriormente era mi supuesto amigo al terminar la misa negra, me seguía con un enorme cuchillo, pretendía sacrificarme, su cascada voz se dejaba escuchar amenazante y era sumamente difícil mirarlo al rostro, ya que lo tenía alargado como las mulas.

La misa negra era la causante de que me encontrara en tal peligro. Encerrándome en la primera habitación que se cruzo a mi paso, procedía a asegurar la puerta. Todo era peor de lo que imaginaba, en el piso descubrió huellas de sangre siguiendo la marca de sangre, un repentino presentimiento me arropó pudiera ser sangre de Margarito o Juventino, que con anterioridad trataron de huir del edificio, me llevo hasta una vieja regadera, mis inquietudes no eran para menos, Margarito se encontraba degollado y su sangre se mesclaba con el agua que caía en su pálido rostro.

La perilla de la puerta comenzó moverse con violencia, el endiablado de Manuel intentaba entrar. Con terror mire como la obscura cortina de la ventana se movía y de ella salió con una figura humana oh que gran alivio Juventino que busca refugio ocultándose entre las cortinas. El también se encontraba aterrado y lloraba por lo ocurrido. Se encontrabas mucho mas exaltado que yo porque había sido testigo de como Manuel le arrebatara la vida al pequeño Margarito.
- Nos va a matar – histérico decía -; no quiero morir de esta forma. Manuel se transformaba en el Cara de Mula lo escuche rebusnar al instante que le dio muerte a Margatiro.

Antes de que Juventino procediera a arrojarse por la ventana, el aire frio azoto la obscura cortina como invitándolo a que se suicidara.
Un desgarrador grito que se extinguió con rapidez me indico que Juventino había muerto al caer y solamente quedábamos con vida Manuel y yo. La mirada del cadáver de Margarito, parecía invitarme a que luchara por mi vida y también vengar sus muertes.

Ya el asesino se encontraba en la habitación, su siniestro rostro se ocultaba entre la sombra que proporcionaba la puerta, su respiración era tan agitada que semejaba una embravecida mula, cuando logre apreciar su rostro. Madre santa, era repugnante no parecía humano.

Tratar de escapar parecía tarde, no se trataba de una mala pasada de esas que te suele jugar el destino cuando te levantas con el pie izquierdo, nosotros mismos lo habíamos provocado.

En la obscura habitación, los ojos de Manuel, o él Cara de Mula, brillaban con odio incomparable. Al cerrar la puerta a su espalda, emitió un prolongado chasquido. Suicidarme como lo hiciera Juventino, era una opción, la otra era pelear a muerte.

Decidiéndome por la última opción, el forcejeo comenzó, Manuel era mucho más fuerte que yo, por suerte a un lado de donde caímos abrazados en la feroz lucha, se encontraba un pesado florero, mismo que le estrelle en la cabeza a Manuel. Ello me dio tiempo para salir corriendo del edificio.
Muerte por aquí, muerte por haya, era lo que me rodeaba.
Todos afirmaban que a traición había matado a Manuel, solo así le daban una explicación al golpe que recibiera en la cabeza y este asesino, le echaban la culpa de arrojar a Juventino por la ventana, es decir, me estaban culpando de su muerte.

Por el momento no se sospechara de mi participación en tan macabro desenlace, y deseando que jamás esto ocurriera, acudí a su velorio, que por cierto fueron velados en el mismo lugar.

La madre de Manuel deseando libarlo del demonio, le coloco una enorme cruz de plata en las manos, manos que con el paso de las horas no se ponían rígidas, y el cristal de la caja comenzaba a empañar; es decir se encontraba con vida y escuchaba todo lo que sucedía a su alrededor.

Manuel se encontraba aún con vida y cuando estaban apunto de enterarlo, de un salto salió de la caja y como un poseído se alejo del panteón rebuznando como mula asustada.
Desde ese día a Manuel se le puede mirar en la plaza totalmente sucio, con la mirada de loco y gritando que no quiere ser participe de la misa negra y mucho menos convertirse en Cara de Mula.

La amistad tan estrecha que pregonamos ante todos, es la causa de que varias personas traten de interrogarme, siempre interesados en que les cuente que fue lo que sucedió en el cementerio, así como el viejo edificio donde realizamos la misa negra. Por mi seguridad, jamás les cuento la verdad como lo hago en esta historia que narro, no sin antes tomar la precaución de cambiarles los nombres a todas las personas que en esta desgracia se miraron involucradas.

Que puedo decir de mí: Que tengo la virtud de observar demonios y espíritus errantes que insistentemente me asecharon Qué el cara de mula aún me atormentan y a carcajadas me cuenta del sufrimiento que están experimentando Epifanio, Margarito y Juventino.

El Cara de Mula, sabiendo el pánico que me causo con su sola presencia, se colocan ante mí, y no deseando mirarlo, como un loco corro a lavarme la cara tratando de desterrar estas terribles visiones, pero todo es inútil, el Cara de Mula se encuentra a mi lado como en este instante que me encuentro escribiendo todo esto.

Todas las noches cuando deseo dormir, el constante aullido de los perros se deja escuchar, aún cuando nadie sabe por que lo hacen, yo se que el Cara de Mula se acerca. Se acerca para volverme loco, igual que a Manuel. Ya Mamá esta desesperada, las medicinas no tienen ningún efecto positivo, y aún cuando ella no me lo dice; yo se que esta pensando en internarme en un manicomio, y si con ello me librara de cara de Mula, gustoso iría a este lugar de locos, pero no es así, me seguiría al mismo infierno.
Esta es mi historia, mi secretó, si cuentas con algún comentario al respecto mándamelo al correo [email protected] que con gusto lo leeré, y como dijo Cara de Mula “Fonarec ad Fazordep” que según quiere decir “Pisaste el Abismo”



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