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De miedo tambiÉn se muere![]() Soy una persona normal y corriente, tengo 47 años y estoy soltero. Vivo sólo en una pequeña casa alquilada de planta baja, me llamo Luis y trabajo en una oficina ocho horas diarias. En fin, les digo esto para que me conozcan, para que no crean que soy un loco; pues tengo un problema. Ustedes dirán, y quien no los tiene. Pero este es de lo más extraño. Y se lo voy a revelar. Tengo miedo, mejor dicho verdadero terror a las cosas ocultas, misteriosas. Cuando escucho hablar a alguna persona de posesiones diabólicas, brujerÃa o algo asÃ, me voy, no quiero oÃrlas. Cada noche, cuando salgo de la oficina paso un autentico calvario para llegar a mi casa, pues voy andando y mi imaginación empieza a trabajar. En cada esquina veo a un monstruo, y empiezo a correr como un poseso. Ustedes se preguntaran porque no he ido a un psiquiatra. Lo he hecho, pero no me sirvió de nada. Me dijo que todas esas alucinaciones eran debidas a mi excesivo trabajo, me recetó unos comprimidos, que fueron peores pues no me podÃa dormir cuando los tomaba. Y asà estoy, medio loco. Cada noche lo mismo. Ahora salgo de la oficina. Siento como si alguien me siguiera. Ya empieza. debo serenarme, controlar mis nervios. Oigo pasos, quizás sea verdad que me siguen, a lo mejor un monstruo quiere atacarme. Lo he leÃdo en alguna revista, que desaparece gente y no se sabe más de ella. Dios mÃo, y si fuera verdad, y si una noche algo me ataca y no vuelven a saber nada de mi. Ya me queda poco camino para llegar a mi casa. ¡He visto una sombra!...Mi corazón ha dado un vuelco. Debo estar tranquilo, lo tomare con filosofÃa. ¿Porqué me van a matar a mi?. Concretamente a mi. Con la de gente que hay en el mundo, en esta ciudad, tiene que ser justamente a mi. He sido un estúpido al asustarme asÃ; ya casi estoy en mi casa. ¡Ah, que alivio, allà no me ocurrirá nada; cenaré, veré la televisión y luego me acostaré. Y mañana será otro dÃa. Ya veo mi portal, que alegrÃa, y no me ha ocurrido nada, que me iba a ocurrir. ¡Maldición, he visto otra vez la sombra!. Ah, menos mal, ya estoy en mi casa; ahora cerraré con llave y ya no podrá entrar nadie. Pero, que digo, si es algo maligno lo que me acecha puede entrar cuando quiera y como quiera en mi casa. Ahora es cuando más necesito compañia. Que rabia, porqué no me casarÃa con aquella muchacha de la oficina. Al final se casó con Antonio, pero ella se fijó antes en mi, y yo como un idiota no le hice ni caso, que estúpido fui. En fin, para que lamentarse. ¿Como se llamaba ella?. Ah, si; Isabel...bonito nombre; ella también era bonita, sus ojos azules como el cielo, su cabello rubio plateado y sus labios tan sensuales. Pero, porque me he acordado en estos momentos de ella. ¡Bah, ya he cenado, me voy a acostar. Espero que mañana me levante con más ánimo; Buf, que frio hace, y empieza a llover. Bueno, me voy a desnudar y a meterme en la cama.- -Hum, esta percha está a punto de partirse, tendré que comprar otra, si me acuerdo. Pensando en todo esto se puso el pijama, se acostó y apagó la luz. Intentaba dormirse, pero no lo conseguÃa, sus ojos se negaban a cerrarse. Se quedó mirando a un punto concreto de la habitación. Y de pronto un grito salió de su garganta. ¡Dios mÃo..., parece la sombra que vi anteriormente. Su cuerpo se convulsionó totalmente y empezó a temblar. ¡Maldita sombra, no me cogerás. Está acechando a que me duerma para saltar sobre mÃ; seas lo que seas no lo conseguirás. No me dormiré. Pasaban las horas y los párpados de Luis empezaban a cerrarse. No lograba mantenerse despierto. ¡Dios mÃo... debo lograrlo, debo estar despierto. Escuchó las campanadas del reloj de pared. eran las tres de la madrugada, tenÃa tensos los músculos y todo su cuerpo le dolÃa horriblemente. SeguÃa mirando hacia aquel punto. Allà estaba la sombra que tanto horror le estaba haciendo pasar; quieta, inmovil. ¿Qué podÃa ser? ¿Algún monstruo? ¿Un ser de otro mundo?. Luis pensaba y cada vez se aterrorizaba más y más. De pronto, sacando fuerzas de flaqueza intentó levantarse y entonces vio como aquella cosa se movÃa hacia él. Iba a echarse sobre su cuerpo, hacia sus pies, se los cogerÃa.- -No, no, no, Dios mÃo......Socorroooooo.... A la mañana siguiente los vecinos entraron en la casa. De noche habÃan escuchado horribles gritos. QuerÃan saber lo que ocurrÃa allà y lo consiguieron. Lo que vieron, fue el cadáver de Luis en su cama con los ojos desorbitados, las manos crispadas como queriendo escapar de algo y una expresión en el rostro de TERROR infinito. A sus pies encontraron una gran percha tirada encima de la cama. Esa era la sombra que Luis habÃa visto, su propia percha, que habÃa caÃdo por el peso de la ropa......
Autor: jarajuan
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