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El monasterio malditoEn la localidad sevillana de Carmona y en la carretera que une esta con la cercana de El Viso del Alcor, en lo alto de un altozano desde el cual se domina una amplia extensión de terreno se haya ubicado un monasterio abandonado, llamado “Huerta de San Joséâ€, conocido popularmente como “huerto de los Frailesâ€. Perteneciente a la comunidad “Franciscana-Dominica†(según los documentos) en ella recibÃan instrucción los novicios. Según una leyenda urbana dicho convento fue abandonado tras una matanza ocurrida en los años 40 o 50, encontrándose los cuerpos de los infortunados frailes colgados de los ganchos que habÃa en el sótano y que eran utilizados para colgar la carne que servÃa de alimento a estos. Todos fueron asesinados menos uno, que fue encontrado acurrucado en un rincón. Según cuenta la historia todo fue debido a rencillas entre frailes y que este último asesinó a los demás siguiendo órdenes del diablo. Como he dicho antes el convento fue abandonado pasando a ser investigado por las autoridades militares de la época. El exterior del monasterio desde otro ángulo Todo parece una leyenda urbana pero hay un dato que no encaja en todo esto, si es una leyenda urbana ¿por qué hay constancia (al parecer) de estos hechos en los archivos policiales e incluso el testimonio de un señor que trabajaba para el convento (por desgracia fallecido recientemente y no se le ha podido consultar)? Las mismas autoridades han admitido que puede ser una leyenda urbana, pero se hace las mismas preguntas, de serlo ¿cómo es que se mueve en cÃrculos oficiales? Además, el funcionario que hizo estas declaraciones tenÃa una cierta vinculación con el convento. Más tarde uniendo cabos (todo a raÃz de una foto de un supuesto “fantasmaâ€) el amigo Angel Rivero (verdadero artÃfice de la investigación y que nos puso tras la pista al equipo del programa “La Esferaâ€) logró dar con la existencia de un superviviente del convento ¿o tal vez el superviviente que se encontró en el rincón? De nuevo la fatalidad se ponÃa en contra nuestra, el monje habÃa fallecido hace aproximadamente 25 años. Pero este dato sirvió para que el amigo Angel siguiera con las indagaciones y estás tiraran por otros derroteros. Según cuentan los viejos del lugar el convento fue desalojado después de la guerra civil (lo cuál coincide con la fecha antes señalada). Detalle de los restos de un gancho del sótano El motivo, otro bien distinto. Las penurias económicas que sufrÃan les obligaban a robar en las huertas cercanas para poder subsistir. Penurias unidas, al parecer a las tierras pocos productivas de su huerta. Los hortelanos de los alrededores denunciaron a los frailes y la autoridad eclesiástica optó por el cierre del convento y el traslado de los frailes a otros lugares. Entonces... ya encaja nuestro fraile superviviente en su destino en el que fue localizado creo que por última vez. Pero ahà no queda la cosa, todo iba a dar una vuelta de 180 grados cuando Angel Rivero encuentra un documento en posesión del historiador local Fernando Villa Nogales, traducido al castellano moderno de un documento del siglo XVIII, que a su vez estaba copiado del original del siglo XVII. La galerÃa donde se encontraba el refrectorio (al fondo) y lo que fue la capilla (primer término y centro) ¿De que trata este documento?, aunque parezca increÃble de una matanza ocurrida en el monasterio de la cual un solo fraile sale con vida y su declaración ante las autoridades de la época es la base principal del citado documento. ¿Se trata entonces la historia actual de los asesinatos de una rememoración a lo ocurrido hace casi 400 años?, todo parece indicar que sÃ, es decir, la actual leyenda urbana tiene un origen histórico adaptado a nuestra época. La lectura del documento nos hace recordar un verdadero relato de terror que bien podÃa inspirar una pelÃcula del género, pero al parecer, lo relatado en el documento ocurrió realmente, éste está firmado por el alguacil, el escribano y por el obispo de Jerez (esto último es curioso, ya que el convento se encuentra en la archidiócesis de Sevilla) constando los nombres de todos ellos. Detalle del techo de la capilla Imagino que el lector estará impaciente por conocer en más profundidad el contenido del famoso documento, pues bien, pasemos a relatar lo que en él se expone (el presente documento ya fue dado a la luz en uno de los especiales que se le dedicó al caso en el programa “La Esferaâ€). El documento dice asÃ: De una parte, José DÃaz de Alarcón, escribano, y por otra, Juan Rodrigo Perea, Fraile dominico, en unión con alguaciles y demás fuerzas públicas y religiosas, nos narra asà los hechos ocurridos: “Yo señores, me hice fraile dominico en el convento de San José, donde entré en el noviciado hace ya tres años poco más. En la mañana del 20 de noviembre de éste año de nuestro señor (1680), entró por parte de Cantillana, un aspirante al noviciado que dijo llamarse según recuerdo Don Jaime Maldivas, y que fue aceptado con plena satisfacción por parte del padre Prior y demás. Este hombre era alto, de cejas muy pobladas, de nariz aguileña, y su cara tan fina como una espada. Nunca le và en compañÃa de otros en la huerta o en la capilla, por lo que nos extrañó. Yo, señores, no sé como ocurrió, que en la mañana del 25 de noviembre del su dicho año, cuando desperté no encontré la puerta de mi celda abierta como era la costumbre (pues como ustedes saben todas las noches nos echan llaves y cerrojo) y creyendo que era aún muy temprano, me entregué a profundas meditacionesâ€. “Después de esperar mucho rato, sentà por fin unos pasos neblinados que provenÃan del pasillo y que venÃan a morir justo ante la puerta de mi celda. La puerta, de un suave rasquido, quedó abierta; pero cuanta fue mi sorpresa, cuando pude comprobar, que detrás de esta no habÃa nadie para darme la mistésica, como era costumbre, permaneciendo el pasillo totalmente sordo en cuanto a rezos e invocaciones. Entonces fue cuando pensé que quizá la misa primera ya hubiese empezado, y me hubiese quedado dormido y castigado, pero al ver que las puertas de las celdas de mis compañeros estaban todas abiertas de par en par, quédeme pensativo un momento, para después salir corriendo hacia la capilla. Cuando llegué a ésta, no vi a nadie, y entrome un calor desde la garganta hasta el pecho, cuando oà unos lamentos a media voz que al parecer provenÃan de la cocina que estaba al lado de la capilla. Salà corriendo por los pasillos del convento dando voces llamando al padre prior y demás frailes, pero ni uno ni otros me contestaron, por lo que determiné marchar a la ciudad para avisar a más gentes y averiguar lo que pasaba. Fue esta mi intención como os digo, pero no lo hice asÃ, pues esos quejos de los que antes hablé, parecÃan que me perseguÃan a todas partes que fuese, y aunque quise salir del convento, algo me empujaba hacia la cocina, que si recuerdan, era el lugar donde provenÃan los quejos. Cuando llegué a la cocina los quejos se sentÃan tan fuertes dentro de mi, que creà que era yo mismo el que los producÃa, que en mi tenÃan desarrollo y manifiesto. Pero pronto de dà cuenta que el lugar de su procedencia era el sótano y, sin poderlo remediar, me và no sé como bajando sus inclinados escalones. Maldita sea, señores, maldita sea el momento en que entré en aquella habitación, pues que al entrar encontré al padre prior y a los demás frailes colgados por los ganchos donde solÃamos colgar los cerdos, jamones y chorizos. Yo, señores, al ver aquel marco infernal y sangriento, comencé a ver también unos seres pequeños, que apiñados alrededor de los cuerpos muertos, comÃan sus carnes. En aquel momento, entrome un desmayo pasajero, y pude ver señores, como los seres que antes os habÃa hablado se reunÃan en uno solo, de aspecto repugnante y enorme, viniéndome a decir estas palabras: «Te dejé vivir para que proclamaras mi venida al mundo». Entonces, un fuego comenzó a propagarse por el sótano. Como tenÃa los sentidos agarrotados no pude mover músculo alguno para moverme y salir corriendo, y cuando pude hacerlo, la misma voz que referà anteriormente, me volvió a decir, «ve y di que Satán está aquû. Lo demás señores ya lo conocéis, y quisiera que no se me volviese a tachar de loco, pues ustedes mismos y el pueblo entero ha sido testigo de lo que después ocurrió, y ya, si me lo permiten vuesas mercedes, quisiera marcharme, pues espero salir ésta misma tarde hacia Sevilla, porque no quiero volver más a ésta ciudadâ€. Este es el estremecedor testimonio del fraile superviviente de aquella horrible matanza. Leyendo el relato cabrÃa pensar en un ataque de esquizofrenia por parte del fraile, pero, hay un detalle en la última parte de la declaración, los hechos de los que todo el mundo fue testigo y que corrobora el testimonio del alguacil. Testimonio del alguacil de Torres “Yo, Don Alonso Sans de Heredia, alguacil de las torres doy fe, que la tarde siguiente después de la declaración que dio aquella mañana este fraile al que acabamos de oÃr, entramos con otros alguaciles y otras gentes de la villa, y vimos como en el sótano antes mencionado estaban ciertamente colgados por los ganchos multitud de frailes, y el prior a quién yo mismo pude conocer, desangrados y descarnados, dando órdenes de que se bajaran y se enterrasen. Como no vimos ni oÃmos nada de sobrenatural en aquel convento, mandé también apresar al fraile que nos habÃa contado tantas fantasÃas, y se consignó como el asesino real de aquella atrocidad. Pero doy asà mismo fe, de que a las siete de la tarde, cuando se estaban enterrando los cuerpos en los huertos, fui, con muchos, testigo de un sobrenatural fenómeno. Este consistió, como todos pudimos comprobar, en un oscurecimiento del cielo, y entre dos columnas de fuego, apareció un rostro horrible de alimaña, confesándose de aquellos crÃmenes. Más tarde, de un fulminante rayo, descendió una blanca luz, y de esta bajó aquel ser en forma más humana de como nos habÃa hablado. Mandé entonces que absolvieran al fraile, y que apresaran aquel ser maligno, o lo que fuese, pero apenas di la orden, todo el mundo salió corriendo, y yo, al verme solo, no pude sino copiarles del mismo modo. Doy fe, también, que al siguiente dÃa y tras avisar a los obispos letrantes de Sevilla, nos presentamos de nuevo en aquel maldito convento con toda gente voluntaria que pudimos reclutar, portando todos cruces y biblias, para echar a ese ser endemoniado de ésta santa ciudad. Cuando llegamos apareció este horrible ser, en lo alto del campanario de los curas, y mandando derribar la puerta, envié a muchas gentes y soldados para conseguir echarlo o aniquilarlo con las biblias y los crucifijos. Cual fue nuestro asombro cuando nos dimos cuenta que los soldados y demás gente que enviábamos no llegaban a la torre, si no que los que lo hacÃan, se despedÃan como muñecos desde la torre al suelo adonde estábamos, y otros desaparecÃan. Sonó un fuerte trueno en los cielos, y un viento enventolado nos hizo rodar por los suelos y cuando nos pudimos levantar de él, vimos como el ser satánico se abrió el pecho (donde pudimos ver toda clase de atrocidades y de endemoniadas formas humanas) y dijo: «Perezca todo y todos» y al momento un temblor de tierra destruyó el convento y muchos de los que estábamos allà perecieron. Al siguiente dÃa, cuando despertamos, vimos que estábamos allà entre cuerpos muertos, pues pocos quedamos con vida. Marchamos como pudimos con nuestros miembros dislocados y mandamos que aquel lugar fuera sembrado de sal. Después de esto no volvimos a oÃr ni ver nada que indicase que aún este ser estuviese con nosotrosâ€. Pero de pronto todo volvÃa a enredarse. Cuando quise comprobar la veracidad de dicho documento (que por cierto, el original no aparece) me puse a buscar la existencia histórica de los personajes firmantes. En primer lugar y como curiosidad de que firmara el obispo de Jerez me puse a la búsqueda de este. Primera sorpresa, el Obispado de Jerez de la Frontera se crea en 1980 perteneciendo hasta esa fecha al obispado de Sevilla. En el año 1680 el Arzobispo de Sevilla era Ambrosio SpÃnola y Guzmán, sucediéndole en 1684 Jacobo de Palafox y Cardona. Jerez de los Caballeros carecÃa de Obispado perteneciendo al de Badajoz. El Obispo de Badajoz en dicha fecha era Juan Herrero Jaraba. En el archivo Colombino de la ciudad de Sevilla me facilitan el volumen V del “HIERARCHIA CATHOLICA MEDII ET REDETORIS AEVIâ€, conocido como “EUBELâ€, en el que constan todos los cargos de la iglesia Católica desde el principio hasta la actualidad y sorpresa, no hay ninguna referencia a Sebastián Gerez y Monteyo ni por supuesto constancia del obispado de Jerez de la Frontera (vuelvo a repetir creado en 1980) ni de Jerez de los Caballeros. Ahora nos queda descubrir la verdadera existencia del alguacil de Torres. En la localidad de Carmona nadie tiene constancia de la existencia de dicho cargo. Por tanto estamos en condiciones de decir que posiblemente el documento sea falso, es decir, un relato de ficción del siglo XVII, aunque de momento no aparece el documento original (de todas formas estamos tras la pista). Aunque lo que se cuenta en dicho documento no sea cierto lo curioso es que, como se indicó antes, en la primera mitad del siglo XX se reproduzcan los mismos hechos y al parecer incluso hubo testigos, aunque lamentablemente estos hayan fallecido. Las investigaciones en el convento Pero toda esta historia como dije antes viene a raÃz de las pesquisas del amigo y colaborador de “La Esfera†Angel Rivero que descubrió todo esto después de oÃr testimonios de supuestos fenómenos paranormales en el recinto del monasterio, lo que hizo que cogiéramos los equipos y visitáramos más de una vez el recinto (aunque las investigaciones aún siguen su curso). La primera noche nos presentamos en el lugar el director del Programa Jesús Espejo Jiménez “Brasiâ€, el que esto escribe y otro amigo que nos acompañó. Llegamos aproximadamente a las 2:00 de la madrugada, procedimos a hacer una primera inspección del lugar, asà como una primera toma de contacto con el terreno. La gallina encontrada en el sótano Realizamos barridos fotográficos, grabaciones en video y en audio con resultados negativos en todos los casos. En el sótano, lugar donde según el documento los monjes fueron colgados, nos encontramos una palangana con restos de sangre y una gallina o pollo decapitado, presuntamente utilizados en algún ritual. No se observan pintadas ni signos de connotaciones satánicas ni en el sótano ni en todo el edificio. Destacar dos hechos curiosos de los que pudimos ser testigos esa noche. Cuando nos encontrábamos en el sótano oÃmos por dos veces lo que parecÃan ser cantos gregorianos, nosotros lo achacamos a un curioso efecto del viento, ya que al callarnos cesaban los “cantos†(semanas más tarde parecen oÃrse cantos gregorianos en una grabación realizada). En el exterior. De izda. a decha. Fco. del Toro, Brasi y Angel Rivero El otro hecho que sucedió en el mismo dÃa al lado nuestro y que pudimos oÃr los tres (lo anterior solo lo oÃmos Brasi y un servidor) fue un sonido parecido como el de un teléfono móvil al que se le estuvieran tocando las teclas pero que al estar bloqueado emitiera un breve “beepâ€. Obvia decir que los tres comprobamos nuestros teléfonos y ninguno emitÃa ese sonido y ninguna emitÃa sonido alguno al perder o recobrar la cobertura. Vista desde la parte superior, de izda. a dcha. Angel Rivero, Fco. del Toro y Vicky Portos Dos dÃas más tarde, el 24 de octubre, nos desplazamos al lugar, donde nos esperaba nuestro amigo Angel Rivero, Brasi, su novia, Vicky (una amiga del programa) y yo, para realizar la investigación con más tranquilidad que el dÃa anterior. Nada más bajarnos de los vehÃculos e intercambiar saludos con Angel (hasta ese momento no nos conocÃamos en persona) Brasi y su novia vieron dos bolas de luz de color azulado pasar por una de las fachadas del convento, no pasó ni un minuto cuando yo và un fogonazo azulado a metro y medio del suelo en el mismo lugar. Curiosamente en ese sitio fue donde se oyeron los extraños pitidos y se encuentra arriba del sótano. Igualmente que en la visita anterior se procedieron a realizar barridos fotográficos, videos con cámara infrarroja y grabaciones de audio. En esta ocasión sà hubo resultados positivos en cuanto a inclusiones psicofónicas se refieren. El pasillo de la parte superior Brasi inspeccionó la parte superior del convento (donde supuestamente se encontraban las celdas de los frailes) teniendo unas sensaciones extrañas en la última parte del pasillo (coincidiendo aproximadamente con la zona donde se vieron las luces, solo que en la parte de arriba). El 27 de octubre se vuelve al lugar ya el equipo del programa al completo y tienen lugar una serie de hechos. 5 linternas se quedan sin pilas simultáneamente (que al final resultan ser 6, ya que también se quedo sin pilas una linterna de repuesto que iba en una mochila). Otra toma del pasillo superior Angel ve unos fogonazos en la zona donde Brasi ve las esferas y yo fogonazos, al acercarse al lugar volvió a ver fogonazos por lo cual y dicho en sus propias palabras “se me erizaron los pelos de la espalda y de la nucaâ€. Al fijarse en qué parte del interior se le erizaron los pelos, ésta coincidÃa con una parte del altar donde muy bien podÃa ser la entrada a la cripta. A Alberto González se le estropea la grabadora y saltaba sin motivo. Pensando que la cinta estaba mal Brasi la mete en su grabadora e hizo una grabación de prueba. Al escuchar para comprobar salió una voz de hombre que fuertemente y en latÃn decÃa “YESUSâ€. Esa misma inclusión la obtuve yo otro dÃa y en otra zona del monasterio (esta primera inclusión tuvo lugar en la explanada que hay en el exterior y que nos sirve de aparcamiento para los coches). Brasi y su novia entrando en el sótano El 2 de junio de 2005 el equipo del programa “La Esfera†se traslada al monasterio para realizar una conexión en directo del programa dirigido por Marisol y José Antonio Roldán “Años Luzâ€. Angel Rivero se traslada una hora antes al lugar y es testigo de unos sucesos extraños. Escucha un sonido como de pisadas (el suelo está lleno de escombros) y se dirige al lugar de donde parecÃan proceder. Como relata en su página Web una vez allà es testigo de que “una sombra oscura, no muy alta, como arrastrando una capa tras un cuerpo deforme, se movió rápida por el rincón que forman la unión de las dos alas del edificio†(justamente donde se veÃan los fogonazos) “algo asustado por la existencia de algún desconocido en el lugar miré con más atención y esta vez la sombra se movió bastante más cerca, en la mitad del camino hacia mÃâ€. “Me tranquilicé algo más cuando la misma sombra, por tercera vez, se movió por la parte alta del edificioâ€. En este último punto aclarar que para acceder a la parte de arriba es necesaria la utilización de una escalera portátil, ya que, la existente se encuentra derruida en su última parte, y lógicamente, allà no habÃa ninguna escalera puesta ni nada que facilitara el acceso. Cuando llegó el resto del equipo les comentó lo sucedido y resultó que sin él saberlo era la quinta persona que veÃa esta sombra (no se habÃa comentado nada hasta ese momento de la visión de las otras cuatro). Las investigaciones en el lugar siguen en curso y la veracidad o no del documento descubierto no tiene nada que ver con la serie de fenómenos extraños que tienen lugar en este monasterio.
Autor: Francisco del Toro Zamora
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