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La noche de los demonios


Esta no solo es una historia más de terror…

En si es un relato verdadero vivido, por personas comunes, como tu o como yo, que un día por suerte de este destino les sucedió algo que cambio sus vidas para siempre:
Eran las 5 de la tarde, en la vieja casona en la que se estaba restaurando ya hace dos días, ya caía la noche.
Mis trabajadores y yo decidimos pasar la noche allí, en un cuarto entre palas y sacos de material, improvise una cama, a mi lado esta Juan uno de mis amigo y colaborador, al costado de el estaba Fernando, mientras que Pedro preparaba la comida y Javier miraba nuestros diseños.
Tirado por el cansancio, en pesaba a quedarme dormido – cuando en el exterior del lugar donde me encontraba, se empezó a oír pasos, cada vez se iban multiplicando – pensé que solo era parte de mi imaginación.
En un susurro corto, con algo de temor escuche que Juan me decía - lo oyes, responde lo oyes –
Sin abrir mis ojo respondí – si, hay alguien en la sala principal –
Javier se levanto de pronto y tomando en una de sus mano una de las palas decidió bajar para ahuyentar a quien estuviera molestando, mientras que Juan tomaba una de la puertas de tabla y con mi ayuda la íbamos a colocar en la entrada.
Se me hizo raro que Pedro no se levantara a ayudarnos, pues parecía profundamente dormido.
- Abre la puerta mierda!!!!
Grito Javier mientras se acercaba corriendo hacia la habitación.
Con la mirada perdida y ya sin aliento se tiro al piso boca arriba.
- CIERRALA QUE ME SIGUEN¡¡¡¡¡
- QUIEN WEON, DINOS QUIEN TE SIGUE? – Juan decía mientras tapábamos la puerta con los saco de material que teníamos en el cuarto.
Luego todo fue silencio, solo miradas fijas en una sola persona, Pedro se encontraba suspendido en el aire con sus manos entre su garganta como intentando liberarse de alguien o algo que le estaba estrangulando, su desesperación se notaba en su rostro ya morado por la falta de oxigeno.
Deje a Javier y me lance sobre Pedro con el intento de tirarlo al suelo, mas con un fuerte golpe fui lanzado por los aires.
Fernando saco su correa del pantalón y mientras gritaba – SAL DE AQUÍ MIERDA, HIJO DE – comenzó a azotar el cuerpo de Pedro, que repentinamente cayo al suelo. Y como si alguien huyera de la habitación, algo empujo a Javier que estaba en la entrada.....
Mientras yacía tirado en el suelo aun aturdido, escucha como los ruidos se transformaba en pasos y a subes estos se iban acercado mas a la habitación, adolorido por el golpe y lleno de temor por lo que había visto, decidí seguir atrancando la entrada, mas un olor nauseabundo empezaba a entrar desde el exterior de la habitación.
La puerta que en realidad era unas tablas clavadas a otras verticales, dejaban ver parte del corredor. Y por esas hendijas entraba aquel olor ingresando, Fernando atendía a Pedro, Juan, Javier y yo apilonábamos los últimos sacos sobre la puerta.
-POCCCC- la puerta improvisada se estremece frente a nosotros y de entre las uniones de las tablas se ven un par de dedos, no garras serian algo así una mezcla de las dos.
Entre tubos nos arrinconamos hacia un costado de la habitación. Mientras que los golpes en la puerta no dejaban de sonar uno tras otro más y más fuertes, estos mezclados con varios gritos del exterior de la habitación.
Estuvimos hacia algo mas de un hora – aun que a mi parecer parecían mil –
Empezó a cesar el ruido y mi curiosidad crecía aun mas que mi temor soltando a Pedro que yacía en mis brazos, me dirigí a la puerta para ver por a través de las hendijas.
Las imágenes que se presentaban, cambiaban mi forma de pensar, yo no creía en nada de ello pero allí estaban, demonio de varias formas castigando a hombres, condenados, atados por cadenas de cuellos, pies y manos, otros cercenados con sus heridas sangrando en vivo.
Horrorizados por ello regrese a mi lugar sin hablar, no por que quisiera, mas porque no podía, esas imágenes me habían dejado mudo, sentí que solo mis ojos se movían, mas nada.
Los ruidos cesaron de poco en poco, mas nuestro temor no.
Las primeras luces del alba entraban por las ventanas descubiertas de la vieja casona, y en mi ser no veía la hora de salir de allí, con Pedro cargado por Juan y Javier salimos, cautos y sin imaginar nada de lo que encontraríamos.
En medio de la sala principal, una hoguera viviente había sido encendida, resto humanos aun humeantes había sido el combustible utilizado en ella y con sangre un gigantesco pentagrama lo rodeaba.
No indagué mas, solo salí, no volví. Ya de esto son algunos años pero no a pasado por completo, día tras día soy perseguido, no soy el único sino también quienes me acompañaba esa noche, solo espero que esto termine....



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